Pocos saben seguramente que el Día Internacional de la Mujer tiene su origen en la ciudad de Nueva York, EE.UU. en la que 146 mujeres murieron carbonizadas luego que los dueños de una fábrica de tejidos en la que trabajaban ellas, decidieran prender fuego al local, como represalia por las luchas que las obreras habían emprendido en reclamo de remuneraciones más dignas y condiciones labores menos inhumanas. Este asesinato masivo de mujeres trabajadoras se produjo el 8 de marzo de 1908.
Tantos años después, las instituciones públicas y privadas del Cusco se han enfrascado en una dura batalla por demostrar cuál de ellas es la que rinde el homenaje más ostentoso, más publicitado y más espectacular a la mujer, aunque al día siguiente, esa mujer que hoy recibe tantos reconocimientos, vuelva a su condición de discriminada, marginada, maltratada y agredida.
Porque más que homenajes, saludos, regalos y discursos, lo que la mujer cusqueña espera es que la sociedad la reconozca en su verdadera dimensión: una persona que estudia, que lucha, que alcanza victorias pero que seguramente también enfrenta caídas, que tiene sueños pero también frustraciones, que vive su día a día buscando que los suyos vivan hoy mejor que ayer, y mañana mejor que hoy.
La mujer no es una especie en peligro de extinción, y por eso las mismas mujeres debieran levantar su voz contra esa infame “cuota de género” que obliga a los partidos políticos y a los movimientos electorales a incorporar en sus listas de candidatos a mujeres, solamente por el hecho de ser mujeres.
La mujer vale por lo que es, independientemente de si lleva faldas o no. Más allá de si es estudiante o es funcionaria, si es campesina o ama de casa, si es ejecutiva o vendedora ambulante, si está desempleada o si es jubilada, si es joven o es anciana, la mujer es mucho más que un adjetivo calificativo: la mujer es esencia y es génesis, es razón y es motivo.
Para todas las mujeres del Cusco, un cariñoso abrazo, hoy que se celebra el Día Internacional de la Mujer.
Por: Alberto García Campana