La intervención de los turistas argentinos Bertoni Santiago y Matías Pistone Franco durmiendo en plena ciudadela inca de Machupicchu sería una de las más leves faltas y excesos que se cometen en el interior del patrimonio cultural.
En noviembre de 2017, el Colegio de Licenciados en Turismo (Colitur) presentó una queja al Ministerio de Cultura sobre la falta de control y seguridad en las ruinas.
Ricardo Zamalloa, decano de Colitur, refirió que inclusive entregaron evidencias de que en la ciudad inca se realiza turismo nocturno pese a que está prohibido y se han hecho pagos a la tierra en la mañana y en la noche.
Asimismo captaron fotos de un guardaparques sentado sobre un muro inca en aparente estado de ebriedad. Además los guarparques, según Zamalloa, no son estrictos con los turistas; estos se suben a los muros para tomarse fotos, lo que está prohibido.
Zamalloa cuestionó que los funcionarios de la Dirección Desconcentrada de Cultura y el Parque Arqueológico de Machupicchu no hayan actuado para corregir esos excesos.
El decano de Colitur adelantó que presentará una queja ante instancias internacionales como la Unesco a fin de evitar incidentes negativos en la maravilla mundial.
Desde la Dirección Desconcentrada de Cultura no hubo pronunciamiento. Los funcionarios han sido prohibidos de dar declaraciones, refirieron.
Únicamente el martes emitieron una nota informativa sobre el hallazgo de los turistas argentinos que ingresaron a dormir a la ciudadela rompiendo la alambrada que hay en la puerta de salida del sitio turístico. Añadieron que se dispuso fortalecer "las acciones de control previos a la visita a Machupicchu".
La República.