jueves, 28 de diciembre de 2017

Gasoducto y Chinchero: las obras que cayeron en el sur

Sin fecha de inicio. Cuando Kuczynski asumió el poder en 2016 prometió destrabar estos proyectos que hubiesen sido generadores de puestos de trabajo. Empero, la corrupción y la falta de claridad en el contrato en el caso del aeropuerto impidieron su ejecución. Así como están las cosas es difícil que se hagan el 2018.

El 2017 fue un año de obras paralizadas, como consecuencia de los grandes destapes de corrupción, algunos ligados a Lava Jato. El Gasoducto Sur Peruano (GSP) para transportar el gas de la selva de Camisea a los puertos de Ilo y Arequipa ha sido uno de ellos. De igual forma, se cayó la ejecución de un nuevo Aeropuerto Internacional de Chinchero por debilidades en el contrato.

A meses de asumir el poder, Pedro Pablo Kuczynski prometió destrabar una docena de megaproyectos en el país. Nada de eso ocurrió.

La caída de Chinchero obligó a la renuncia de dos ministros: Martín Vizcarra (Transportes) y luego Alfredo Torne (Economía y Finanzas). Esta crisis política se desató a inicios de año.
GASODUCTO EVAPORADO

El gobierno dejó sin efecto el contrato del gasoducto con el consorcio constructor integrado por la empresa corrupta Odebrecht, la española Enagás y la peruana Graña y Montero. Odebrecht no pudo conseguir dinero de los bancos para continuar la obra que tenía un avance de 37%. Embarrada en actos de corrupción, la empresa brasileña para los bancos ya no era fiable. Tampoco pudo vender su participación (55% en el consorcio y 71% en la construcción).

Era la cuarta vez que abortaba el proyecto que pretende llevar el gas natural a Cusco, Puno, Arequipa y Moquegua. Inicialmente, el proyecto estaba concebido para producir energía en Ilo y Matarani.

Igual ocurrió a inicios del gobierno de Humala. Anuló la concesión de Kuntur que tampoco pudo conseguir financiamiento para el Gasoducto Sur Andino (GSA). En el interín hubo otros globos de ensayo que reventaron por inviables. Entre ellos el etanoducto costero y un miniducto para La Convención y Cusco.

El congresista cusqueño Armando Villanueva acusó a los gobiernos de Humala y Kuczynski de trabar al proyecto que espera el sur. Hicieron y avalaron una concesión -dice- que no era rentable y estaba teñido por actos de corrupción. Según Villanueva es poco probable que las obras reinicien en el corto plazo con un gobierno debilitado y sin una visión clara de desarrollo.

Cuando se resolvió el contrato con Odebrecht, el presidente Kuczynski prometió que en nueve meses iba a licitar la conclusión de obra que quedó con un avance del 37.6%. Pero por falta de decisión, los nueve meses se convirtieron primero en 17 y, luego, en 23 meses. En noviembre pasado, la ministra de Energía y Minas, Cayetana Aljovín, anunció que la licitación se dará recién a fines de 2018.
CHINCHERO NO DESPEGA

El proyecto del Aeropuerto Internacional de Chinchero tuvo un aterrizaje forzoso en mayo pasado, cuando el Ministerio de Transportes y Comunicaciones anuló temporalmente el contrato. Un mes después se resolvió definitivamente la concesión. La empresa Kuntur Wasi ganó la buena pro en diciembre de 2013.

Desde la entrega de la buena pro, Kuntur Wasi había cumplido varios pasos exigidos por el contrato para conseguir el financiamiento y empezar con las obras físicas. Pero la firma de una adenda trajo todo abajo.

La adenda suscrita entre el Ministerio de Transporte y Kutur Wasi fue observada por Ositran, porque cambiaba las reglas de juego. En un principio el grueso del financiamiento, poco más del 71%, debía asumirlo Kuntur Wasi y el Gobierno el restante. Con la adenda, el Estado debía financiar más de 80%.

La Contraloría intervino y dio la estocada final. Concluyó que la adenda era irregular y perjudicial para el Estado. Varios grupos políticos cuestionaron ese cambio en el contrato e incluso promovieron la censura del entonces titular del MTC, Martín Vizcarra. Este tuvo que renunciar igual que el ministro de Economía y Finanzas, Alfredo Torne.

“Los grandes grupos empresariales que tienen a políticos a sus órdenes se trajeron abajo el aeropuerto. Dividieron a la gente y así se trajeron todo abajo”, observa el alcalde de Ccorca, David Quispe. El burgomaestre encabezó un grupo a favor de que la obra se haga de todas formas.

Hace más de cuarenta años nació el sueño de construir un aeropuerto internacional en Cusco. El sueño no ha pasado del papel y se ha encarpetado una y otra vez. La obra es fundamental para apalancar el despegue económico, fortaleciendo el turismo.

Un terminal de categoría internacional traería desarrollo. Siendo Cusco uno de los primeros destinos del turismo mundial, los vuelos llegarían en forma directa, sin pasar por Lima. Según las proyecciones, el flujo de visitantes casi se duplicaría en el quinto año de operación. Entonces pasaría de 3 millones 200 mil a más de 5 millones de visitantes anuales.

Ese incremento beneficiaría también a regiones vecinas de Apurímac, Puno y Arequipa. Un turista que pisa suelo cusqueño suele completar el recorrido por esas ciudades. Alentaría además las exportaciones de textiles y productos agrícolas, florería, artesanía, gastronomía, joyería, entre otros. Todo eso, sin embargo, sigue siendo un sueño. La única certeza sobre Chinchero es que no hay fecha de inicio de la obra.

Fuente la república.