
Al llegar a Quispicanchi iba a lanzar la primera alerta a sus contactos; y en el trayecto final del bus, al parecer, la mujer iba a recibir una indicación para bajar sin riesgo a ser descubierta.
Delia Palomino iba a llevar a dos adolescentes, de 17 años, que había captado durante el día cuando ambas buscaban empleo en los avisos que se publican a diario en distintos locales de la calle Belén, en Cusco.
Les había dicho que administraba una tienda en Madre de Dios y necesitaba ayudantes por pagos de S/1.000 mensuales. Las menores aceptaron y desde entonces Delia no les perdió el rastro, hasta que consiguió trasladarlas al terminal.
El Comercio.