Este lunes 26 de marzo el Señor de los Temblores, la sagrada imagen de Cristo crucificado, sale en procesión para bendecir al pueblo cusqueño y al Perú en momentos de crisis política.
Como todos los años, la procesión empezará a las 2.00 pm en punto luego de la lectura de la Bula papal y recorrerá diversas calles y plazas del Cusco, que fuera en su momento la capital del Tahuantinsuyo.
La maravillosa manifestación de fe será presidida por el arzobispo del Cusco, monseñor Richard Daniel Alarcón Urrutia.
La procesión termina con la bendición del "Taytacha" a su pueblo desde el atrio de la Catedral del Cusco, alrededor de las 8 de la noche.
"Apuyaya Jesucristo, Qispichiqniy Diosnillay, rikraykita mastarispam, hampuy churiy niwachcanki".
Jesucristo, Señor Poderoso
Mi Dios que te hiciste hombre extendiendo hacia mí tus brazos,
ven hijo mío, me estás diciendo.... Así comienza una de las más sentidas canciones que las Cha'ynas entonan ante la sagrada imagen del Señor de los Temblores, patrono jurado del Cusco.
El "Cristo moreno" que miles de cusqueños acompañan en su paso por las calles de la ciudad imperial cada lunes santo.
Mención importante en este gran acto de fervor religioso es el canto desgarrador, que lleva hasta a las lágrimas, de las Cha'ynas. Se trata de un seleccionado grupo de cantantes y músicos, quienes con arpas, violines, quenas, mandolinas, acordeones, tarolas y bombos, le agregan la nota musical y el sentimiento a la procesión. Todos cantan y al cantar oran al "Taytacha". Nadie puede dejar de soltar una lágrima a su paso. Nadie.
Entre las Cha'ynas se encuentran miembros de familias de músicos connotados en el Cusco como los Tupa, los Vera y los Pillco. Allí también participa la destacada soprano de coloratura andina, Sonia Ccahuana.
Es característico que la única flor que adorna y perfuma el paso del "Taytacha", como cariñosamente le llaman al Señor de los Temblores, es el Ñuqchu, y es una flor roja, silvestre, que es recogida por los fieles de las zonas altas del Cusco y que sólo florece en esta temporada.
Esta devoción es parte de la identidad del pueblo cusqueño que a través del tiempo le rinde homenaje a su redentor llenando calles, plazas y balcones para verle y recibir su bendición, que es consuelo y esperanza en medio de tanta incertidumbre del dolor y confusión en el que nos encontramos.
El culto al "Taytacha" se mantiene por generaciones sin perder su esencia. Es un acto de fe y patrimonio del Cusco.
Varias bandas de músicos acompañan al "Taytacha". El de la Policía Nacional del Perú, desde el templo Santa Teresa y luego la banda del Ejército peruano que lo hace desde el templo de La Merced.
El episodio que realmente hizo conocer a este Cristo, cuyo origen se pierde entre la hipótesis y la tradición oral, que no se puede descartar del todo, empieza en el terremoto de marzo de 1650 en el Cusco. Un sismo con muchas réplicas que asustó a los cusqueños y dejó enormes pérdidas. Ello hizo que la población saque la sagrada imagen al atrio de la catedral del para rezarle. Fue así como se aplacó el movimiento telúrico que sembró de destrucción a la Ciudad Imperial. Se sabe que en medio de la calamidad, se sacó además el divino sacramento.
La imagen que este lunes 26 de marzo saldrá en procesión era llamada antes "El Cristo de la buena muerte", pero desde ese sismo se le llama hasta ahora y por siempre el "Señor de los Temblores".
El culto al divino Cristo siempre tuvo carácter penitente. La gente rogaba y se arrodillaba ante él y prendía ciriones y velas, manufacturadas con grasa de oveja y de llama. El humo de los ciriones y velas se fue impregnando poco a poco, a través de los años, en el cuerpo de la imagen dándole un color cetrino. Esto aunado a sus facciones de cholo cusqueño hicieron que la gente se identificara mucho con él.
Durante la procesión, más de 40 hermandades trasladan en sus hombros la imagen sagrada, pero quienes dan la bendición son los miembros de la Confraternidad del Señor de los Temblores.
La República.